lunes, 21 de diciembre de 2009

Love Istory


Se acercaban mis 17 años, mi padre que es el rey de Inglaterra decidió hacerme una fiesta, pero no una cualquiera si no que una de mascaras a La cual concurrirán sólo príncipes y princesas, aunque yo sabía que mi padre tenía otro propósito encontrarme un futuro esposo, el ya tenía su lista, pero yo no quería casarme, o al menos no por ahora, mi padre me daba en todos los gustos, y mi madre me híper mimaba, mañana era esa fiesta, y yo era la principal princesa de todo el mundo, era la más importante, todos eran mis amigos sólo por eso, y mi padre no entendía que yo quería tener una vida normal por lo menos por un día en fin lo único que podía hacer era disfrutar mi fiesta y ser la mejor princesa y reina que puede existir, a mi en lo particular no me importaba tanto mi apariencia, pero mi vestido era blanco, un blanco hermoso, con delicados detalles y unos hermosos zapatos de taco aguja, pero eso no era lo mejor, el palacio estaba increíblemente adornado con diferentes colores, pero todos hacen juego con mi increíble vestido original, me refiero a que me lo hicieron en especial a mí, mañana me repetí, mañana cumpliré 17 y seré la más hermosa princesa, pero eso no me importaba, estaba realmente preocupada, por ser hija única y mis padres en cualquier momento me heredarían, pero para eso debería casar,- o por favor, consuelo, no pienses en eso me decía mi yo interno, pero me di cuenta que ya era muy tarde y que mi padre me estaba diciendo que me fuera a dormir, -mañana será un gran día mi pequeña bebecita, siempre me decía lo mismo, y después besaba mi frente,- buenas noches, padre, y muchas gracias todo se ve increíble, me fui con destino a mi habitación para tener hermosos sueños.

A la mañana siguiente me levanté tarde y mis padres me fueron a felicitar a la habitación, los empleador, Lucy, Hans, Eloy, Julia, y muchos más me llevaron regalos, todos los empleados me quieren por que dicen que yo soy una de las pocas princesas que no les da que hacer e incluso les regalonea y les enseña cosas, en verdad yo si era diferente a las demás princesas que sólo buscan a un hermoso príncipe y se pasan arreglando, en realidad a mí me encanta salir a mojarme cuando llueve y caminar por la playa en las mañanas y leer, en el patio, en el palacio o en cualquier lugar y también tengo sueños, e ideas revolucionarias, se las leyes de mi pueblo, se la historia, se como puede surgir, la verdad he investigado bastante para poder ser una buena reina.

-mi fiesta es hoy, me dije muy alegre, me levante de la cama y abrí las cortinas que impedían el paso del hermoso sol, que me encantaba, la hora se me pasó volando de hecho no se como pero cuando mire el reloj ya eran casi las 13 hrs., me fui a dar un baño, después me peiné, me maquille, y me vestí, lo hice en ese orden porque siempre mancho mis vestidos y con mayor razón si son nuevos, la mañana se me paso volando y la tarde llegó, y con mayor razón la hora de la fiesta, me decidí a salir de mi habitación rumbo al palacio, al comedor de palacio, cuando llegue para poder bajar por las escaleras, todas las miradas se posaron en mi, el comedor de palacio era inmenso pero sin embargo estaba repleto de personas, sobre todo de princesas y príncipes, mi padre y madre también estaban allí, y me miraban con cara de alegría y de orgullo, los dos estaban sentados en sus tronos, y me daban la bienvenida, la verdad no podía reconocer a nadie, porque estaban todos con antifaz, incluso yo, con suerte reconocí a mis padre, me convencí de bajar las escaleras, con mucho cuidado para no tropezar al llegar al final me sentí orgullosa de no haber tropezado, la música sonaba y todos comenzaron a bailar, me reía mucho por que mi padre estaba bailando con mi madre y parecían verdaderos enamorados, si hasta se veían más jóvenes, yo comencé a saludar a todos los invitados, me estaba divirtiendo muchísimo, pero en ese momento una mano me saca a bailar, pude decirle altiro su nombre.

-Zac, ¿viniste?

-no me hubiera perdido por nada tu fiesta

-gracias por venir, me alegra verte aquí, más conversábamos que lo que bailábamos, pero me divertía estar con el, de hecho era mi único amigo.

Pero en ese momento nos separan, mi padre me saco a bailar, después baile con otras personas, que no conocía pero me simpatizaron muchísimo.

De la nada se cortó la luz, la música paro, y lo único que podía escuchar eran los gritos que se armaron, pero cuando iba a dar instrucciones de donde estaba la salida una mano me aprisiona contra la pared, y me dejó casi aplastada, me tapa la boca impidiéndome decir algo.

Y descaradamente me besa, pero no fue un beso corto fue un beso largo, en ese momento le odie, pero el me tenía a su merced, ya que su cuerpo me impedía moverme.

-suéltame, le dije en tono de orden

- no, no quiero, te tengo gusto como quiero Consuelo

-¿Cómo sabes quien soy?, descarado, que ¿acaso me conoces?

- digamos que si

- ¿Quién eres?

- soy tu mejor amigo

-no, no eso es imposible, mi único amigo es Zac, y el no haría una cosa así

-pues entonces no le conoces lo suficiente, está justo parado en frente de ti y tu no te has dado cuenta

-imposible, me repetía a mi misma, en un afán de que todo eso sea mentira, las luces se encendieron como por arte de magia, y le pude divisar, en verdad era el.

-¿ahora me crees?

Me quede perpleja, realmente era él, se saco la máscara y comenzó a acariciar mi cara dulcemente yo comencé a temblar, las piernas no me respondía, mi corazón no podía latir, mi respiración, cada vez se trasformaba más veloz, mis ojos comenzaron a llorar, y yo no sabía el porque de mi organismo, el porque estaba así, que me había afectado tanto.

-no, por favor no llores, Conzhu, para por favor, dime que puedo hacer para calmar todo ese dolor que sientes, dime por favor.

-nada, sólo podrías explicarme porque has hecho todo esto.

- porque te amo, Consuelo yo te amo, tu eres especial para mí, eras mi mejor amiga, pero hoy me di cuenta de que yo te amo y no quería aceptarlo, lamento si no te lo dije antes, pero hasta hoy me vine a percatar que tan grande es mi sentimiento.

-Zac, por favor, ¿somos amigos verdad?

-lo siento, pero yo tu amigo no podré ser, pero si podré ser tu novio, tu amor, tu esposo… claro si tu quieres.

-Zac, por favor no me compliques las cosas, yo, yo…., no sabía porque no podía terminar la frase, pero antes que siguiera hablando el me dijo:

-déjate llevar por una vez y disfruta de tu propio cuento, del cuento que siempre soñaste y ahora se te cumplió, solo déjame amarte, posó sus labios dulcemente contra los míos, al principio no quería seguirle el juego, pero me deje llevar por él, me abrace a su cuello, y comencé a devolverle cada beso con otro, hasta que nos dimos un respiro, y nos dimos cuenta que todos los ojos se posaron en nosotros, Zac y yo nos miramos ,Zac comenzó a gritar:

- lamento la tardanza pero Consuelo a decidido ser mi novia y mi futura esposa, yo le mire con cara de que estas hablando y el sólo me beso, todas las personas comenzaron a aplaudirnos y a desearnos un feliz romance, y eso que recién habíamos comenzado hoy, pero nos queríamos y éramos lo bastante jóvenes para tener sueños, y amarnos con locura y pasión.

Fin

domingo, 13 de diciembre de 2009

Prohibida.


Hacía horas que estaba sentado allí, junto a la pequeña barra y no había podido quitarle los ojos de encima. Sabía que sería difícil, sabía que me costaría soportarlo, pero verla allí, vestida de blanco y sonriente junto a otro hombre era algo difícil de resistir, casi imposible y aún más sabiendo que aquel hombre era mi propio hermano. Su cabello castaño y sedoso se movía al compás de la música mientras bailaba con su reciente esposo, haciendo que su vestido se elevara a su alrededor con cada paso. Qué habría dado por ser yo quien ocupara el lugar de mi hermano, por sonreír junto a ella, por gritarle al viento cuánto la amaba. Sin embargo mi papel era otro y no había nada que hacer para remediarlo.
— ¡Joe, es tu turno para el vals! —exclamó Nicholas desde la multitud, mientras hacía señas para que me acercara hacia él.
Me limité a asentir con la cabeza y me volteé hacia el barman.
— Otro tequila —ordené.
Bebí el trago de una sola vez y apoyé el vaso sobre la barra junto a los demás. Aquello me ayudaría a soportar lo que vendría. Me puse de pie y caminé hacia mi hermano, quién abrazaba a su mujer por la cintura. Debía controlarme, tenía que fingir que todo estaba bien, que me encontraba feliz por ellos.
— ¿Pensabas escaparte y no bailar con la novia? —bromeó él y se separó de ella para darme espacio.
Me limité a sonreír y Nicholas se alejó devolviéndome el gesto para luego comenzar a bailar con su suegra, dejándome totalmente solo con ella. Sin decir una palabra, la tomé con firmeza de la cintura y entrelacé mis dedos con los suyos; una de sus manos se posó sobre mi hombro y comenzamos a dar vueltas al compás. Era tan placentero sentir su cuerpo ante mi tacto y a la vez tan desesperante; estaba consciente de que jamás volvería a sentirla como alguna vez lo había hecho antes.
— ¿No vas a decir nada?
Su pregunta me tomó de sorpresa y fruncí el ceño, confundido.
— ¿Debería? —inquirí sin dejar de mirarla.
— Eso creo —respondió sin despegar la mirada— no te he oído acotar nada desde que llegamos
Reí con sarcasmo.
— Lamento no haberle comentado lo hermosa que está la fiesta, señora —murmuré con ironía— realmente estoy muy contento de que sea la mujer de mi hermano, me desborda la alegría
— Joe… —comenzó ella pero yo la interrumpí.
— No sabes las inmensas ganas que tengo de besarte en estos momentos, Cami —solté— lo haría ahora mismo si no quisiera arruinar la felicidad de mi hermano
— No sabes lo que dices —negó ella sacudiendo la cabeza de lado a lado.
— No finjas, ambos sabemos lo que sientes por mí
— Has tomado demasiado —insistió ella e intentó separarse, pero yo fui más rápido y acabó encarcelada entre mis brazos— Suéltame, Joe, me haces daño
— ¿Qué hay de aquellas noches a escondidas que pasaste junto a mí? —continué, ignorándola. Sabía que no servía de nada reprochar, pero lo necesitaba. Necesitaba que ella sintiera aunque fuera una parte del dolor que me estaba carcomiendo a mí— ¿Las has olvidado? ¿Me has olvidado? Créeme que no miento cuando digo que yo no te he olvidado a ti
Las lágrimas se agolparon en sus ojos e intentó zafarse de mí una vez más sin éxito alguno.
— Estoy con Nicholas, Joseph —suplicó— por favor, no hagas todo más complicado
— Júrame que me has olvidado —ordené— y te dejaré ir
Desvió su mirada y tomé su mentón para obligarla a dirigir la vista nuevamente hacia mi rostro.
— Júralo
— No te he olvidado —respondió entre dientes y las lágrimas que hasta entonces había retenido se deslizaron por sus mejillas— Jamás podría hacerlo, eres lo mejor que me ha pasado
— ¿Qué sucede aquí? — Intervino Nicholas y Cami secó sus lágrimas rápidamente— ¿Por qué está llorando? —me acusó mientras la tomaba en brazos.
—Nada importante, Nick —aseguró ella— no hay de qué preocuparse, simplemente me emocioné, nada más
—Recordando viejos tiempos —añadí.
Cami agachó la cabeza y Nicholas presionó sus brazos con fuerza alrededor de ella.
—Eres tan sensible, amor —susurró con una sonrisa y besó su cabellera.
—Una bebida me llama —interrumpí. Realmente deseaba alejarme de aquella escena empalagosa rápidamente— los veo luego, disfruten
Me alejé nuevamente hacia la barra y ordené otro trago. El alcohol era mi único amor fiel.


END.

Consuelo ♥