viernes, 18 de septiembre de 2009

aqui les dejamos el primer cuento esperamos que les guste

Mi hermanastro


Mientras tomaba un agradable baño, mi cabeza divagaba en el ¿porque?, verdad mi madre se había vuelto a casar con Pascual, un caballero, y lo principal era que la amaba, en fin el era muy bueno conmigo y le comencé a tener gran afecto, a mi lo que en realidad me importaba era que quisiera a mi madre, y él la quería por sobre toda las cosas, veía a mi padre muy pocas veces, pero le seguía queriendo, o incluso más, el era muy bueno conmigo. La verdad mis padres rehicieron sus vidas cada uno por su lado, a mi lo único que me importaba era su felicidad y si eran felices por que yo no. Pero mi problema no era ese, la verdad el esposo de mi madre tiene un hijo, Zac, no hay chico más engreído que él, cuando llegó a mi liceo fue y es el chico más popular, es verdad es hermoso, pero no podemos estar juntos o al menos no podíamos.

Todo comenzó, cuando mi mejor amiga Camila, empezó a babosear por el, ya en otras palabras moría por su amor, moría por el amor de Zac, si quizás Zac sea popular y todas esas cosas, pero Zac no se fija en nadie, o eso pensaba mi cerebro, mi mejor amiga me pide consejos para impresionar a mi hermanastro, y yo no se pero como que sentí algo en mi interior, como celos, yo celos de Zac, no, así que decidí darle algunos consejos como, que se soltara el pelo, que se pintara no como una mona pero que se pasara una manito de gato, se subiera un poco más la falda que le llegaba a la rodilla y que de preferencia siempre la viera con un chico, en fin esa misma tarde me extrañe al ver a mi tan amiga Camila besándose, pero no con Zac, si no con Jake, el mejor amigo de mi hermanastro, a mi no me cabía en la cabeza que como siendo tan popular no pololeara, lo esperaba de mí, pero no de él.

En ese momento fue cuando volví a tierra, sentí abrir la puerta del baño, se me había olvidado que me estaba bañando, la verdad, pensé que era mi madre abrí la cortina y quede impactada, fue un golpe de mala suerte, era él. Cual de los dos no estaba más rojo, en verdad Zac al verme se dio vuelta altiro, menos mal, que sólo deje ver mi cabeza, cuando abrí la cortina.

-lo si-en-Toh, dijo casi en un susurro y salió del baño.

Era una de las peores vergüenzas que había pasado, y todo eso me paso, por no haberle puesto la tranca a esa maldita puerta. Salí echa un cuete a vestirme arreglarme y salir a hablar con Zac, a decirle que no fue culpa de él y que en realidad no importaba.

Me fui directo a su habitación, a tocarle la puerta de hecho nunca había entrado a su pieza, el dejo la puerta entreabierta como si me hubiera estado esperando, estaba sentado en su cama, y me volvió a decir lo siento

- oye no es tu culpa, es sólo que se me olvidó poner el pestillo, aparte no viste nada, y somos prácticamente hermanos.

- Ese es el problema yo no quiero ser tu hermano

En ese preciso momento me beso, y yo le devolví su beso, la verdad como pude estar tan ciega, yo le quería, mi organismo no respondía de sus actos, los dos teníamos casi la misma edad, exceptuando que él era mayor de edad y yo sólo tenía 17 años, pero eso que importaba, el me quería y yo le quería, la edad es lo de menos, se levantó de la cama, y me levantó con él, pero enseguida nos recostamos en la cama el encima de mí, nos besábamos con pasión, con locura, era una sensación de frenesí, me saco mi chaleco yo saque la de él, mi cabello recién arreglado, quedo totalmente estropeado, me encantaba pasar la mano por los hermosos cabellos de Zac, pero derepente, los dos caímos de la cama.

Eran nuestros padres que aparecían, y gritaba

- ¿hay alguien en casa?

- Si, gritamos los dos en conjunto, y nos reímos, dimos nuestro último beso y nos dijimos un hermoso -te amo, para salir al encuentro de nuestros padres.

Fin


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